El puerro, también conocido como ajo puerro, es un cultivo muy común en los huertos. Esta hortaliza, que forma parte de la misma familia que el ajo y la cebolla, es muy fácil de plantar y de cuidar, y se puede utilizar con muchos fines en cocina. En este artículo te contamos cómo plantar puerros paso a paso.

Cómo plantar puerros paso a paso
El puerro debe plantarse, preferiblemente, durante los meses de otoño o invierno, aunque realmente se puede plantar en cualquier época del año. Puedes utilizar semillas o planteles: en este artículo nos centraremos en la plantación de puerros mediante planteles, ya que las semillas de esta hortaliza son muy delicadas y el proceso de siembra es más complejo.
Estos son los pasos que debes seguir para plantar puerros:
- Prepara el suelo del huerto. Los puerros necesitan un suelo preferiblemente virgen y suelto, por lo que deberás labrar y remover bien la tierra donde vas a plantarlos. Asegúrate también de que no quedan en él piedras y otros elementos grandes que podrían interferir con el crecimiento de los puerros. Añade un poco de materia orgánica bien descompuesta como abono.
- Consigue planteles de puerro. Puedes comprarlos en un vivero o tiendas especializadas. Es muy importante asegurarse de que no sufren ninguna plaga o enfermedad, ya que, a parte de que habría que tomar medidas para acabar con ella, podría transferirse a otros cultivos del huerto, si es que los hay.
- Planta los planteles. Planta los puerros con los tallos en vertical procurando dejar una distancia de entre 10 y 15 centímetros entre ellos, para que no haya problemas de espacio cuando crezcan.
- Riega tus puerros de forma generosa. Tras su plantación, riégalos de forma abundante. Hay que mantener el suelo de los puerros siempre húmedo: más adelante contaremos cómo debe hacerse.
Cosecha de los puerros
Los puerros se podrán recolectar cuando sus tallos alcancen una altura de entre 15 y 20 centímetros. Eso es, pasados unos dos o tres meses desde su siembra.
Cuidados de los puerros
Los cuidados de los puerros son pocos y, además, muy sencillos:
- Elimina las malas hierbas que vayan apareciendo en la zona donde están plantados los puerros.
- Mantén tu cultivo de puerros vigilado para detectar la presencia de enfermedades o plagas. Su mayor enemigo es el gusano del puerro, aunque también suele ser atacado por la polilla y la mosca de la cebolla, los trips y los nematodos. Algunas enfermedades que suelen sufrir son el mildiu, la roya, la botritis y el tizón. En caso de detectar síntomas de alguna de estas enfermedades, es importante tomar medidas lo antes posible para evitar la pérdida de la cosecha.
- Mantén su suelo siempre húmedo, pero procurando que no se encharque ya que podría perjudicar el crecimiento de los puerros. Si has labrado bien la tierra y esta está lo suficientemente suelta, no debes preocuparte por los encharcamientos. Para ahorrar tiempo, dinero y esfuerzo, en este caso, lo ideal es utilizar un sistema de riego por goteo.
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